miércoles, 1 de junio de 2011

Ante los indicios de uso de técnicas de modificación del clima por parte de EEUU en el terremoto de Haití, se hace necesaria la más amplia investigaci



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En primer lugar debemos aclarar, frente a la desinformación y a la censura de los medios de comunicación capitalistas en torno a este tema, que la modificación del clima con fines bélicos, desgraciadamente, no es un asunto de ciencia ficción sino una peligrosa realidad, que las grandes potencias imperialistas vienen investigando y desarrollando desde hace décadas. Ya hace más 30 años, en 1977, la ONU se vio obligada a celebrar en Ginebra la Convención sobre la Prohibición de técnicas de modificación ambiental para uso militar o de cualquier otro tipo (18 de mayo de 1977). 22 años después, en 1999, fue el Parlamento Europeo (la Comisión de Asuntos Exteriores, Seguridad y Política de Defensa), quien expresó su preocupación sobre las técnicas de modificación del clima desarrolladas por EEUU, en concreto sobre el Programa HAARP (doc. No. A4-0005/99, 14 de enero de 1999).


Entre los múltiples indicios que nos llevan a sospechar del posible uso, por parte de las potencias imperialistas, de técnicas de modificación del clima, en el terremoto de Haití, está, por un lado, el comportamiento poco habitual de dicho terremoto:


“¿Siendo Republica Dominicana la misma isla, ahí no paso absolutamente nada? Un sismo con magnitud de 7.0, debió afectar las Aguas del mar, pero el terremoto fue directo a la Capital. Un terremoto según los expertos en la materia muy atípico, porque las ondas que destruyeron las edificaciones, llegaron en dirección vertical por eso las edificaciones resultaron aplastadas “ (Aporrea.org)


Igualmente extraño es que todos los terremotos que se produjeron con anterioridad al de Haití y las sucesivas réplicas se produjeran a la misma profundidad, algo totalmente inusual.


“Se han elaborado un diagrama de sucesión lineal respecto de los terremotos denunciados en que casualmente se produjeron todos a la misma profundidad:
Venezuela el 8 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Honduras el 11 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Haití el 12 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
El resto de las réplicas tuvieron profundidades de alrededor de 10 kms.“ (El Clarín)


Por otro lado, resultan no menos sospechosos y casuales los grandes beneficios políticos y económicos que el terremoto ha reportado y reportará a las potencias imperialistas, especialmente a EEUU.


Casualmente en octubre de 2010 finalizaba la MINUSTAH (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití), con lo que en un breve espacio de tiempo se iniciaría un repliegue gradual de sus efectivos militares. Por desgracia esto ya no sucederá, pues el terremoto no sólo ha obligado a retrasar dicho final sino a prolongarlo de forma indefinida y a reforzar la misión de la ONU. Concretamente EEUU, además de hacerse con el liderazgo de la misión de forma unilateral, ha aumentado sus efectivos en la zona de 1000 a 10000, a la vez que desplazaba varios portaviones nucleares a las costas haitianas, un despliegue militar que, por otra parte, no se puede improvisar en 4 días como dice haber hecho el gobierno de EEUU, sino que por lo contrario necesita una larga planificación. Todo esto le servirá a EEUU para asegurarse el control de una zona geoestratégica clave en el mar Caribe, como es Haití, en su lucha por el control de los recursos energéticos de la zona, frente al avance y la creciente influencia de los países del ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas).


Sólo alguien que sea capaz de hacer un enorme ejercicio de ingenuidad podrá pensar que todo esto es producto de la casualidad.


Otro dato a tener en cuenta es el informe filtrado por la Flota Rusa del Norte al poco tiempo de la catástrofe:


“Un reporte preparado por la Flota Rusa del Norte estaría indicando que el sismo que ha devastado a Haití fue el claro resultado de una prueba de la Marina Estadounidense por medio de una de sus “armas de terremotos”. (El Clarín)


No menos suspicacia despierta el hecho de que el día antes del terremoto, el Comando Sur del ejército estadounidense estuviera llevando a cabo una prueba de técnicas de intervención ante un huracán en Haití. Unas técnicas que casualmente, serían las mismas que EEUU aplicaría en Haití, un día después de la tragedia (13 de enero de 2010), al considerar que se encontraban en un estado avanzado de preparación. (Global Research)


Por todo esto y porque no tenemos dudas de que el imperialismo yanqui es capaz de recurrir a extremos de crueldad inimaginables, como ya demostró hace 65 años con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki o, más recientemente, con la criminal guerra de Irak, se hace necesario que se habrá la más amplia investigación, desde todos los ámbitos de la sociedad, sobre el estado actual de las técnicas de modificación del clima y su posible uso con fines bélicos, con el fin de evitar y prohibir lo que podría ser un salvaje arma de destrucción masiva, sin precedentes en la historia de la humanidad.


Evitar, rehuir o incluso llegar a ridiculizar este tipo de investigaciones (como ya empiezan a hacer las grandes corporaciones mediáticas al servicio del gran capital), sólo se puede explicar como una actitud de complicidad con el imperialismo y con sus crímenes.


Las casualidades en geopolítica son prácticamente imposibles (por no decir inexistentes), con lo que la ingenuidad o el miedo a la verdad, a la hora de analizar los trágicos sucesos de Haití, son errores que en estos momentos no nos podemos permitir quienes decimos ser antiimperialistas, pues estaríamos haciendo un flaco favor a los pueblos que luchan por su libertad.

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